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martes, 17 de julio de 2012
El cuerpo y la Medicina, por Joseph Eagle Elk, curandero Lakota
Las personas parecen hoy entender mal cómo ser curados. Ellos van a ver al doctor o al curandero y nunca piensan mucho en ese doctor o curandero. Simplemente toman la medicina y no piensan mucho en la medicina o en su cuerpo. Cuando alguien toma una medicina, medicina blanca, hierbas, medicina india, o lo que sea, necesita entender que las medicinas son gente. Son personas. Necesitas tratarlas como personas a quienes invitas a entrar en tu cuerpo. Necesitas darles la bienvenida dentro de tu cuerpo hablando con ellas, diciéndoles que estás contento de que ellas hayan venido a ayudarte. También necesitas hablar con tu cuerpo.
Nosotros estamos hechos tanto de cuerpo como de espíritu y de nuestro destino, pero nuestro cuerpo es inteligente y tiene un espíritu que entiende. Debemos hablar con nuestro cuerpo y pedirle que dé la bienvenida a la medicina. Necesitamos explicarle (a nuestro cuerpo) que la medicina está ahí para ayudar con el dolor o la enfermedad. Debemos decirle, “Yo sé que realmente te cansas. Sé que no te he tratado muy bien y te pido que me perdones por ello, pero tenemos un amigo que viene a ayudarnos. Aquí hay una medicina que yo voy a tomar, así que te pido que le eches una mano, ayúdala, y te sentirás mejor.” A veces tratamos de quedarnos con nuestro dolor. A veces el dolor no quiere dejarnos, pero esta medicina es nuestra amiga y puede ayudarnos, así que ayuda a la medicina. Luego dile a la medicina que has hablado con su cuerpo y le has pedido que ayude con su trabajo.
Dile que seguirás las órdenes del médico para que el cuerpo y la medicina puedan llegar a conocerse y trabajar juntos para sanar. Tenemos que hacer esto porque no nos conocen muy bien y tampoco se conocen ellos muy bien. Si no son bienvenidas en nuestros cuerpos, entonces no tendrán la libertad para hacer su trabajo. Pídeles que platiquen. Así que lo más importante para que la medicina funcione es construir esa relación, para que la medicina pueda hablar con el cuerpo y el cuerpo pueda hablar con la medicina. Necesitan volverse amigos. Quizás más aún, necesitan saber que ellos son parientes. Tú necesitas ayudar con esto si tomas la medicina.
Algunas de las plantas y comidas que son medicinas son las que son parientes de otras plantas y comidas, así que si las comes juntas entonces ellas se conocen y pueden darle fuerza a tu cuerpo. No es bueno tener una lucha dentro de ti por comer cosas o tomar medicina donde no hay relación posible.
Pues la medicina y los doctores son de la misma manera. Las personas hoy en día no ponen nada en su relación con el doctor. Los doctores occidentales son iguales que los doctores indios. Ellos son doctores porque tienen un don. No pueden hacer su trabajo sin la ayuda de la gente. Los pacientes tienen que pensar muy profundamente sobre el doctor y pensar muy profundamente sobre la medicina y hablar con la medicina para que se llene del poder de hacer el trabajo que puede hacer. Necesitan poner todos sus pensamientos en este doctor para que él pueda volverse fuerte. El médico o curandero tiene la misma responsabilidad de pensar profundamente sobre su medicina y sobre el paciente, y usar su don plenamente. Pero hoy me parece como si la razón de que muchos médicos estén teniendo dificultades y se sientan perturbados es porque las relaciones entre ellos y los pacientes no son buenas. Yo veo que las personas quieren cada vez más, quieren obtener y obtener, y con demasiada frecuencia no quieren regresar nada ni por el tratamiento ni a la medicina. Tiene que haber igual responsabilidad y un dar por igual.
Yo veo a muchas personas, igual que los doctores blancos. Recuerdo el caso de una mujer que vino a mí con la pipa y me pidió ayuda. Ella estaba muy enferma, con una enfermedad pesada y difícil. Le dije que yo la trataría, pero por ese tiempo vino otra persona con una enfermedad muy ligera y no tan seria comparada con la primera mujer. Pero esta segunda persona insistía en seguirme y no me dejaba. Ella no necesitaba mi ayuda. Ella podía ayudarse a sí misma, pero seguía exigiendo cada vez más. Para mí, esto dificultó mucho concentrarme en la mujer con la enfermedad seria. Nosotros sabemos que para que nuestras ceremonias funcionen y que las personas realmente mejoren, debemos tener un sólo enfoque. Debemos tener a todos con una sola mente en la ceremonia para que venga el poder. Pero esto es difícil si tienes que tratar a muchas personas, todas exigiendo igual tratamiento cuando ellas no son iguales. Algunos necesitan cuidar de ellos mismos. No nos necesitan. Así que las personas necesitan tomar tiempo para pensar profundamente sobre la medicina, su cuerpo y el doctor, y poner toda su energía en crear la relación. Cada vez más, las personas verán que habrá menos curanderos por algún tiempo, porque quizás las personas necesitan aprender a hacer las cosas por ellas mismas.
Algunos doctores, doctores blancos, han acudido a mí y han pedido mi consejo, pero parece que ellos principalmente quieren saber sobre mis medicinas y cómo se preparan. Yo intento decirles que cada curandero es diferente. Cada uno tiene poderes diferentes, su propia visión y su propio don. Quiero que sepan que ellos tienen un don y tienen que encontrar su propia fuente de curación. Yo no puedo ayudarlos con medicinas. Sólo puedo decirles cómo pensar profundamente sobre las medicinas, el cuerpo, la persona y la curación.
Nota: (Tomado de “The Price of a Gift – A Lakota Healer’s Story”, por Gerald Mohatt & Joseph Eagle Elk.
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